Te deleitarás con el recorrido gastronómico por Portugal: del norte al sur y más allá!!!. La gastronomía portuguesa es un viaje de sabores, texturas y tradiciones que se extiende mucho más allá del famoso “Bacalao” y los deliciosos “Pasteles de Nata”. Es una cocina arraigada en la historia, con influencias del mar y la tierra, y que varía significativamente de una región a otra.
Norte y Centro: Sabores reconfortantes y vino de Oporto. En el norte, la cocina es robusta y reconfortante. El “Caldo Verde”, una sopa cremosa de patata y col con rodajas de chorizo, es una estrella indiscutible, ideal para los días más frescos. Esta región es también la cuna del mundialmente famoso “Vino de Oporto”, un vino fortificado que no solo se disfruta como bebida, sino que también se utiliza en la cocina para marinar carnes y realzar salsas.
Sur: La influencia mediterránea. A medida que nos movemos hacia el sur, la cocina se vuelve más ligera y se centra en los productos del mar. En el Algarve, la influencia mediterránea es palpable. Encontrarás una gran variedad de pescados y mariscos frescos, a menudo preparados a la parrilla, en guisos o en la famosa “cataplana”, un recipiente de cobre que se utiliza para cocinar al vapor.
Archipiélagos: Azores y Madeira. Los archipiélagos de Portugal ofrecen una gastronomía única, moldeada por su geografía insular y sus ingredientes locales.
Azores: Cocina volcánica y tesoros del mar. En las Azores, la tierra volcánica no solo da forma al paisaje, sino también a la cocina. El “Cozido das Furnas” es un plato icónico: un guiso de carnes y verduras que se cocina lentamente bajo tierra, aprovechando el calor geotérmico de las calderas volcánicas. Las Azores también son famosas por sus quesos, piñas y, por supuesto, una gran variedad de pescados frescos y mariscos como el pulpo y las lapas.
Madeira: Entre el mar y los dulces únicos. La isla de Madeira combina lo mejor del océano con una tradición de dulces y frutas tropicales. El pez sable negro con plátano es un plato de pescado inusual pero delicioso. No puedes irte sin probar la “espetada”, brochetas de carne de vaca asada a la parrilla en una rama de laurel, y el **Bolo de Mel**, un pastel denso y especiado, hecho con melaza de caña de azúcar, que es el dulce tradicional de la isla.
Este recorrido demuestra que la gastronomía portuguesa es mucho más que sus platos más conocidos. Es una experiencia diversa y apasionante que merece ser explorada en cada rincón del país.
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